23 de noviembre de 2015

Dejenmé putear tranquila, carajo

Eso. Eso mismo. Porque tengo mucha bronca y siento mucho asco y me rebela e indigna desde la más absoluta visceralidad el resultado de ayer. Y me importa un rábano que "así sea la democracia" y todos esos cuentitos que nos contamos para que la sociedad civil siga subsistiendo sin que tengamos que volver a las cavernas. Me importa un pepino ser una "mala perdedora" porque ojalá hubiera perdido yo sola. Perdimos todos, manga de pelotudos. Sí, los (y nos) llamo manga de pelotudos, a todos, pero muy especialmente a los que votaron a esta basura que ni siquiera pienso nombrar. Los llamo pelotudos porque no se puede creer que personas que yo creía inteligentes o con un cierto grado de discernimiento puedan creer que este tipo es la solución a problemas tan graves como la corrupción (¡ja! hola, Niembraaaa), la inflación o la inseguridad, por citar sólo tres. Yo soy alta ingenua pero los votantes del niño bien me ganan por afano. No me entra en la cabeza y no me entrará jamás (tengo ascendente en Tauro, recuerden, así que es completamente inútil que traten de convencerme de nada) que alguien con dos dedos de frente pueda ni tan siquiera considerar que MM es la solución para algo. No entiendo, no lo entenderé jamás, cómo alguien puede suponer algo tan demencial. Y sin embargo, el 51% de los pelotudos lo cree posible. Y lo votaron, pero en el fondo, y como decía hoy una de mis alumnas, no lo hicieron porque crean eso. Lo hicieron por el famoso voto castigo. Que, como quedará demostrado dentro de poco (ojalá que no, pero soy muy pesimista), no sirve porque ¡oh sorpresa! se vuelve contra el propio votante. El voto castigo servía el 25 de octubre, papanatas, cuando había varias opciones en danza si tanto te desagradaba la cadena nacional y demás. En el ballotage se jugaba otra cosa, pero no la entendieron. No la quisieron entender. Son como esas minitas que el novio les dice "te acabé adentro pero no va a pasar nada, tonta" y a los nueve meses llega una criaturita al mundo. En este caso, a pesar de que se les explicó y machacó y hasta ¡bendito sea Dios! los mismos macristas dejaron entrever qué pensaban hacer, el votante medio pelo y pelotudo del todo hizo caso omiso a todas las señales y nos despeñó, tan alegremente, en el abismo. Bien por vos, pedazo de hijo de mil puta. No tenés perdón. No vengas a llorar cuando este nuevo gobierno sin ideas, sin carisma y sin nada más que ofrecer que puro oprobio te deje en la calle o te dé de palos por osar protestar ante alguna medida un poquito desagradable. No quiero escuchar ni una queja cuando recorten el presupuesto de salud, de educación o el que fuera. No quiero que nadie diga nada porque te lo avisamos, te lo dijimos, te lo explicamos, pero vos, forro, te quedaste con tu "quiero un cambio, quiero un cambio" y cuando se te preguntó qué querías cambiar nunca respondiste nada coherente, porque estos hijos de puta hasta vaciaron a las palabras de contenido. Es puro marketing y humo, pero se ve que al argentino tilingo le encanta que le vendan cualquier mierda, con tal de no tener que ponerse a pensar. Y lo peor no es eso: lo peor es que perdimos todos. Y ganó solamente Magnetto, la Sociedad Rural y las mismas corporaciones de siempre. La grieta existe desde 1810 y es cada vez más difícil achicarla. Yo no quiero compartir nada con gente que cree que una lacra servil y asquerosa como MM puede ser la solución a nuestros problemas. ¿No viviste el 89, no viviste el 2001? Si no lo viviste, ¿no te los contaron, aunque sea? ¿Vos tenés idea de lo que se puede llegar a venir? Y no me vengan con esa gilada de "ay, no hagas futurología": no hago futurología, gil, veo, pienso, escucho y, sobre todo, me acuerdo de lo que ya pasamos. No me olvido de cómo se vivió en esos años y no tengo la menor gana de volver a vivirlos. Pero parece que hay gente emperrada en que volvamos a eso, o a algo todavía peor (cfr. el editorial de La Nazión de hoy), porque se cansaron de la "corrupción" (si conocés un lugar donde no haya corrupción, avisanos, por favor, así vamos a ver cómo es), de la "soberbia" (¿sabés que podés apagar la tele de vez en cuando, no?), y de tantas forradas más. Pero seguro que no te cansás de cobrar el primero de cada mes, de tener tu trabajo en blanco, de comprarte tu auto, de tener tu casa nueva o remodelada, de irte de vacaciones cada verano y en cada puto fin de semana largo que hubiera, no te cansás de ir a comer afuera, no te cansás de comprarte cuanto artifundio electrónico se te cruza... ¿y no se te ocurrió pensar que todo eso era posible porque había un Estado decidiendo y protegiendo ciertas cosas para fomentarlo? ¿No se te ocurrió pensar, pedazo de infeliz, que todo eso se puede ir a la mismísima mierda el 11 de diciembre? ¿Qué película están viendo estas personas para dejarse llevar por los inmundos globos amarillos y un mensaje tan ñoño que hasta avergonzaría a Paulo Coelho? Yo no quiero cambiar, yo quiero mantener y profundizar lo que está bien y corregir lo que está mal. Si no me equivoco (y reitero: ojalá me equivoque y mucho), lo que estaba más o menos bien pasará a estar mal y lo que estaba mal estará cien mil veces peor. Y, antes de que los bienpensantes salgan con los boludeos de siempre, aclaro algunas cosas: 1) no soy K, nunca lo fui, nunca lo seré; voté a Scioli en todas las instancias porque mi límite es M*cri y lo será siempre; 2) no soy peronista, nunca lo fui, nunca lo seré; no obstante, grito "Viva Perón, carajo" de vez en cuando; 3) si algo he sido políticamente hablando es radical, pero hoy el radicalismo, con excepción de Leopoldo Moreau, es poco menos que un chiste, y muy malo; 4) por supuesto que condeno la corrupción, la inseguridad y blah blah, no soy tan necia, pero si de algo estoy segura es de que MM no es la solución para ninguno de esos males; 5) sigo absolutamente convencida de que el único camino es el de la educación, pero es un camino largo y arduo, y los frutos se verán dentro de varios años; no obstante, los frutos que estamos viendo ahora mismo deberían hacernos replantear muchas cuestiones educativas que no pienso enumerar ahora, pero destaco, entre todas, la capacidad de discernir y discriminar que toda institución educativa debiera fomentar y que sólo puede hacerse si los alumnos manejan bien el lenguaje; lamentablemente, me consta con creces que esto no sucede y no creo, de nuevo, que un gobierno de este corte neoliberal lo pueda solucionar (por el contrario, en la campaña quedó claramente demostrado que vaciar de contenido los significantes es la mejor estrategia para conseguir votos); 6) no vengan a bardear ni a decirme nada, ni acá ni en Facebook, no quiero discutir, solamente quería expresar lo que siento en un medio público; si querés debatir, debatí en tu propio blog o en tu propio muro, yo estoy sumamente enojada conmigo, con vos y con todos en este momento y no respondo de mí; tampoco me vengan a decir que el gobierno todavía no empezó (empezó el 25 de octubre, por si no te diste cuenta); hablo por lo que veo y lo siento y lo que veo y siento ya me revuelve las tripas y no pienso callarme; ah, y tampoco me vengan con que es una estupidez eso de estar en la "resistencia": yo nunca estuve en otro lado porque la poesía, que es mi oficio, es precisamente eso, resistir la miseria y la estulticia de este mundo y todas sus maquinaciones; 7) vuelvo a decir, por las dudas y por si no quedó claro, que lo que más quiero es estar sumamente equivocada, recontraremil equivocada y que nada de lo que yo creo que va a pasar suceda o suceda en su versión más piadosa. 
Hoy, dejenmé putear tranquila, carajo.
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