23 de marzo de 2010

Moda curva (o de las mujeres que todavía creen en la pasión)

Hoy quisiera ponerme un poco frívola, después de mi berrinche de ayer (igual el berrinche todavía no se me pasó). Pero lo cierto es que ¡hasta la moda me da la razón! Según leo en las noticias de Yahoo, "la moda propone una mujer pícara y sexy", que es exactamente lo que yo estaba reivindicando ayer frente al anatema psicoanalítico recibido tras relatar mi "comportamiento", al parecer, poco femenino. ¿Por qué una mujer no puede ir al frente de vez en cuando y encarar a un hombre? ¿Por qué tiene que esperar que él habilite el terreno? Más todavía, la pregunta de fondo es: ¿qué es lo que inquieta tanto a la sociedad, la cultura y los hombres en general cuando una mujer manifiesta abiertamente su deseo? ¿Qué cuerda se está tensando ahí para que cualquier cosa que pueda ser leída como "mujer que no oculta lo que desea" inmediatamente se trate de esconder o reducir a su mínima expresión? ¿Qué estructura fundacional se vendría abajo si las mujeres pudiéramos expresar lo que nos pasa cuando nos pasa? ¿Por qué siempre debemos ocultar nuestros sentimientos o bajo una capa de mermelada o una capa de hielo para no pasar por "locas", "desaforadas" o directamente "reventadas"? ¿Qué institución estamos socavando cada vez que alguna se atreve a decir lo que quiere o, más todavía, se atreve a decirle a un hombre que lo quiere? ¿Y no sólo que lo quiere, sino que también lo desea? ¿Por qué de inmediato surgen todo tipo de barreras e impedimentos para que la mujer se exprese? A esta altura ya no sé si Esther Vilar tiene o no razón, pero lo que sí se es que cada vez que una mujer pretende moverse aunque sea un par de centímetros del rol que la sociedad-la cultura-ponga aquí lo que corresponda le asigna hay un ejército dispuesto a recriminarle su infamia de las más maneras más sutiles y atroces. Si no es una madre cretinizada, es una amiga amargada y si no es esta última es una psicoanalista con la mejor intención de hacerle "un bien" a su paciente. Y a todo esto, los hombres, los principales interesados, ¿qué opinan? ¿No se alegran de que algunas mujeres les alivianen un poco el trabajo? ¿No está bueno que la mujer se anime y juegue el mismo juego de seducción que ellos? ¿Por qué íbamos a ser siempre modositas y almidonadas? ¿Es que ya nadie se apasiona por nada? ¿No tienen sangre en las venas o yo soy la única desquiciada que todavía cree en la pasión y el deseo como ejes rectores de la vida?

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails