de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
La idea de curvatura está muy extendida en muchas de las actividades de la vida cotidiana. Se oye hablar, por ejemplo, de la curvatura de la córnea; de que el universo parece que está curvado; de la curvatura de la Tierra; de la curvatura de la luz o de la columna vertebral (cifosis, escoliosis) o de una viga. La vigente edición del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define así la curvatura: «Cualidad de curvo; desviación continua respecto de la dirección recta. En una circunferencia es la inversa del radio; en otra curva cualquiera es la inversa del radio de la circunferencia osculatriz».
Es una magnífica definición, aunque más comprensible en su primera parte, donde nos viene a decir que la curvatura de una línea recta es cero, ya que no se curva; y que una circunferencia tiene la misma curvatura en todos sus puntos. Es más, la Real Academia precisa mucho más, pues para una circunferencia de medio metro de radio, nos dice que su curvatura vale 1 dividido por 0,5, es decir, 2. Si el radio de la circunferencia fuese 1, entonces el valor de la curvatura sería 1. Vemos, pues, que a medida que aumenta el radio, disminuye la curvatura; y viceversa.
El segundo párrafo arranca con una alabanza a todas luces innecesaria al invisible redactor de la entrada raelina, saludando su "magnífica definición" para luego denostarla ligeramente, en tanto, como es dable verse, su primera parte es más comprensible para el vulgo que la segunda. Si la definición era tan magnífica, ¿no debería ser asequible en todas sus partes? ¡Oh, liebre del lenguaje que siempre te escapas! Más todavía, el ingenuo periodista de La Verdad viene a iluminar uno de los agujeros negros más fabulosos de cuantos hay en la lingüística (la nieve es blanca si y sólo si la nieve es blanca, al decir de Tarsky) que es la tautología. Por supuesto que la curvatura de una línea recta es cero "puesto que no se curva". Son términos que se excluyen mutuamente, mi buen Ferrández Izquierdo. Y por supuesto que una circunferencia tiene la misma curvatura en todos sus puntos, es una ley matemática bien conocida. Lenguaje: reino de lo obvio (como el psicoanálisis, diría Isadora Wing sonriendo con su nariz polaca fruncidita). Paso por delante el tramo final, abstruso para esta permanente fugitiva de los números y sus misterios multivariados.
Despreocupémonos de lo que es la circunferencia osculatriz y fijémonos en que una circunferencia es una curva plana, es decir, se puede dibujar en una hoja de papel. Pero ahí podemos trazar muchas otras curvas que no sean circulares. Dejemos que una hormiga se mueva libremente por el folio y vayamos con un lápiz tras ella dibujando su trayectoria. Tendríamos una curva plana, seguramente muy curvada, por lo que intuimos que la curvatura de tal camino no será cero. Pero ¿cuánto vale? ¿cómo la medimos?
Tercer párrafo. Obviamente, Izquierdo no entendió nada. Se extiende en explicaciones, rebeldes hormigas inasibles y preguntas que no interesan para nada y deja pasar la perla más bella que ya nos había entregado el diccionario y su definición. ¿Cómo "Despreocupémonos de lo que es la circuferencia osculatriz"? ¿Cómo habremos de despreocuparnos de esa intrigante conjunción de términos, de esa sonoridad, de la potencia evocadora inigualable de un vocablo como "osculatriz"? Querido periodista, usted no entendió nada. Se ve que no es poeta, que es un simple pinche de redacción o un esbirro pagado por el oro de Nápoles o Moscú, vaya uno a saber. Ni bien leí "osculatriz" quedé prendada de su música, de sus posibles paradigmas (osculatriz, directriz, bisectriz, actriz, matriz; ósculo, báscula; oscilante, vacilante), de sus enormes potencialidades poéticas, de su feliz conjunción de una raíz como 'oscul-' y de un sufijo como '-triz'. ¿Cómo vamos a despreocuparnos de tan delicioso hallazgo? ¿Está usted loco acaso?
Una rápida consulta al mismo diccionario de marras, nos desasna de inmediato en cuanto al significado lexical de osculatriz:
osculatriz.
(Del lat. osculari, besar).
1. adj. Geom. Dicho de una circunferencia: Que tiene con otra curva un contacto de segundo orden en el punto considerado, o sea, cuando las primeras y las segundas derivadas de ambas son iguales. U. t. c. s. f.
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Lo primero que se observa es que el trayecto seguido por la hormiga no es igual de curvo en todos los puntos; dicho de otro modo, la curvatura depende del punto dónde queramos estimarla, excepto cuando la trayectoria sea una recta o un círculo, pues en ambos casos la curvatura es constante. Para conocerla en un punto haremos lo siguiente: tracemos la tangente a la curva en cuestión en dicho punto y midamos el ángulo que esa tangente forma con una recta fija (por ejemplo, el eje horizontal). De esta manera, el ángulo es una función suave a lo largo de la curva. Entonces la curvatura de la curva viene dada por la derivada de la función ángulo.
El último párrafo de Izquierdo es una oda al malgusto periodístico. No sólo cae de nuevo en la redundancia y la tautología (desde luego que la curvatura dependerá del punto desde el cual se quiera mensurarla, como casi todo, sino todo, en esta vida) sino que se pone excesivamente técnico sin resultado alguno. Reparemos en la última frase: "Entonces la curvatura de la curva viene dada por la derivada de la función ángulo". ¿Cómo es posible que se remate así un artículo periodístico? ¿Por qué de pronto el lector tiene que trazar una tangente -como si supiera hacerlo, para empezar- y medir un ángulo -reitero: como si supiera hacerlo y/o tuviera que hacerlo- y no sé qué otras cosas para demostrar finalmente nada, excepto su torpeza expositiva? Sin embargo, otra perla, menos rutilante que la circunferencia osculatriz, aparece allí: la "función suave". Tal vez Izquierdo no sea poeta pero que una función pueda ser calificada de 'suave' me parece un hallazgo poético por lo menos digno de ser rescatado, aunque no sea tan feliz como la osculatriz circunferencia besándose con otra en el infinito. No, por cierto que no. Pues nada, nada, superará hoy la felicidad de saberme una osculatriz sin remedio.
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